CURANDEROS HUASTECOS: El Enfermero Vidente (Segunda Parte)

Alfredo está habituado a las personas escépticas que sólo lo buscan por mera curiosidad y que no creen en su trabajo ni en la existencia de estas artes. Con suma paciencia y tranquilidad les detalla lo que los espíritus le revelan a través de sus cartas, y algunos se van convencidos de que realmente no es ningún charlatán que quiera su dinero. La cantidad que tiene establecida como cuota por su trabajo por cierto, es meramente simbólica y acepta que hay muchas personas que se dicen videntes sin serlo, pero que en realidad entre cien solo dos o tres, actúan de buena fe; se define a si mismo como un curandero de magia blanca y asegura que la ayuda que recibe de espíritus y santos, la agradece con veladoras y oraciones; en sus trabajos de sanación recibe auxilios espirituales de seres de luz positivos que le devuelven a sus pacientes mejores condiciones de vida, de salud y de bienestar tanto físico como mental. También está consciente de que existen curanderos que hacen trabajos de magia negra muy fuertes, en los que para tener éxito ocasionan daño a seres inocentes. Asegura que esos trabajos también pueden hacerlos curanderos blancos como el, pero sólo para defender a sus pacientes de los ataques que sufren de personas con intenciones de dañarlos severamente, por medio de esas preparaciones. Domina el tema de los amuletos de los que sabe de sus preparaciones especiales basadas en el poder del pentagrama y que se enfocan a procurar la abundancia de dinero, amor, prosperidad y hasta dispuestos para la protección contra accidentes y envidias, muy presentes estas últimas cuando las personas progresan y tienen éxito en sus vidas y les vienen malas vibraciones de los que a su lado o cerca de ellos, no son tan beneficiados en estos temas; pero esta consciente que lo mas importante es la fe espiritual que cada persona debe tener en si misma, por que los amuletos son el apoyo para quienes no confían en si mismos y se reconfortan de esta manera, o buscando el apoyo de un curandero que sepa como sacarlo adelante cuando es afectado por malas energías; sabe que las personas seguras y centradas son muy fuertes y no necesitan de nada por que su propia condición hace que atraigan lo positivo y lo bueno a sus vidas.
Dentro de toda la gama de señales y sueños que ha recibido a lo largo de su vida, recuerda uno en especial que lo impresionó fuertemente. Sucede que hace diez años mientras se bañaba en el patio de su casa, tuvo una visión en la que observó la imagen de la santa muerte y esta le decía que se iba a llevar a lo que el más quería en la vida, dedujo de inmediato que se trataba de su madre; muy impresionado le pregunto a esa aparición el motivo a lo que le contestó que sencillamente ya le tocaba el turno de irse; asustado y sumamente angustiado corrió desnudo hasta la casa y abrazó a su madre para contarle de la aparición que había tenido; al abrazarla lo tranquilizó y le explicó que no había por que preocuparse pues finalmente todos íbamos al mismo lugar y además estaba preparada para ello; un mes después murió.
Esta amarga experiencia le hizo comprender que en ocasiones es muy difícil tener el don, pues le son reveladas cosas que van a suceder no tan agradables por que involucran a sus seres queridos, tanto que durante algunos meses dejó de recibir personas que acudían a consultarlo, hasta que un día tuvo la visión de su madre que le hizo ver que su obligación en el mundo es la de ayudar a la gente que lo necesita para poder curar sus males, por lo que emprendió de nueva cuenta el desarrollo de sus dones. Ahora recibe a muchas personas que lo visitan de otros estados del País y hasta de algunas ciudades del extranjero, en los que practica sus curaciones y pide los milagros solicitados, o simplemente los limpia contra las malas vibras o el mal de ojo y de espanto, con ramas frescas de albacar que tiene dispuestas en abundancia dentro de cubetas con agua fresca. La atención que brinda por igual se distingue por el respeto y la sinceridad de sus palabras, pero además, por las buenas intenciones que Alfredo muestra a todas las personas que lo visitan en su casa.

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