jueves, 12 de febrero de 2009

CURANDEROS HUASTECOS: GALDINO EL VERACRUZANO (Segunda Parte)



La charla que apasiona a Galdino es acerca de tesoros escondidos; su gran ilusión es hacer un viaje a la Sierra Madre a un lugar muy apartado e inhóspito del que solo el conoce la ubicación exacta, pues le fue revelado a través de una visión nocturna hace algunos años; asegura saber el sitio exacto donde se guarda la fortuna monetaria que Pancho Villa amasó durante todos sus años de bandolero, pero la condición que se le puso en aquella visión, fue que acudiera solo al sitio sin buscar ayuda o asociarse con alguien, por lo que espera la primera oportunidad para capitalizarse, comprar los accesorios y herramientas adecuadas y finalmente, emprender la anhelada aventura en busca del tesoro de Pancho Villa.
Con la misma pasión que siente por este tema, ha ayudado a algunas personas a detectar cantidades variables de metales como el oro en fincas antiguas, utilizando para tal fin la técnica de las varitas; esta estrategia consiste en cortar de un árbol de aquiche una varita en forma de horqueta, o de Y griega vaya; esta varita debe “curarse” en una ceremonia espiritual para que tenga la fuerza necesaria con la que pueda detectar los tesoros escondidos; ya con esta curación se lleva al lugar en que se presume la existencia de algún tesoro; ahí mismo se rezan varias oraciones para protegerse de los males que puedan tener los valores que se buscan y con la varita sostenida en ambas manos, camina lentamente haciendo círculos y giros aleatorios por el terreno hasta llegar al punto en que la punta de la varita comience a vibrar repetidamente en forma trepidatoria, siendo esta la señal que indica el lugar donde se encuentra el tesoro; una vez que Galdino le indica al propietario de la finca el lugar exacto se retira de inmediato, pues los espíritus que le dan el don de detectar estos valores económicos le han prohibido que se beneficie del descubrimiento cobrando algún porcentaje de las ganancias que se obtengan de el; es por ello que a pesar de haber ayudado a muchas personas según relata, las cuales se comprometen a compartir parte de las ganancias con el, aún no ha podido acumular la pequeña fortuna que necesita para el viaje en busca del tesoro de Pancho Villa, pues en la mayoría de los casos los afortunados buscadores que se benefician con su habilidad no regresan para agradecer su ayuda y cumplir la promesa de compartirle un porcentaje.
Dentro de los dones que asegura haber recibido de los seres espirituales que constantemente lo ayudan en sus curaciones, le han incluido la habilidad para posesionarse de la esencia de espíritus con los que se conecta a través de sus sueños; ellos mismos le han mostrado la manera de contactarlos para aclarar dudas o curar los maleficios que pesan en algunos de sus pacientes; explica que para contactarlos debe celebrar un ritual que inicia con una serie de oraciones pronunciadas con mucha fe, religioso respeto y absoluta concentración; durante todo el tiempo que dura este ritual se mantiene de pie frente al altar con los ojos cerrados; pasados algunos minutos empieza a pronunciar palabras raras con una voz aguda muy diferente a la que utiliza antes de iniciar el ritual, lo cual es la señal que indica el momento preciso en que algún espíritu se alojó en su cuerpo; para poder practicar satisfactoriamente la conexión entre ese espíritu y el paciente, una de sus hijas conduce la sesión de preguntas y respuestas entre ambos, además de ser la encargada de poner en manos de Galdino los elementos curativos naturales como ramas de ruda, esencias o preparados necesarios para completar la curación de los males que le consultan al espíritu a través de su persona física, quien para complementar satisfactoriamente el evento, durante todo el tiempo en que se desarrolla este ritual debe mantener los ojos cerrados, pues es así como logra que no se pierda la conexión con los habitantes del mas allá, que le auxilian en sus curaciones y le aclaran las dudas.

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