martes, 13 de enero de 2009

EL BOTANICO BETO RAMON (Domingo Ramon Guadalupe Parte 1)






No podría dejar de iniciar el relato de estos personajes con este representativo y peculiar botánico oriundo del municipio de Axtla de Terrazas, pueblo Huasteco cuyo nombre original es Villa Alfredo M. Terrazas, que le fue dado en el año de 1932. Además de haber sido un afamado curandero huasteco, Beto Ramón, como así se le conocía en la región, también incursionó en el mundo de la política al convertirse en Presidente Municipal de Axtla de Terrazas allá por el año de 1993, durante un periodo extraordinario de gobierno. Cuentan sus allegados que el entonces Gobernador del estado influyó en su nombramiento por gratitud, después de haberlo curado de una enfermedad estomacal que lo habría aquejado durante muchos años.
Beto Ramón fue conocido como el curandero indígena que durante muchos años se especializó en el manejo de las plantas medicinales; su fama se extendió más allá de las fronteras huastecas y a su colorida morada ubicada en la comunidad de Ahuacatitla, acudieron miles de personas provenientes de otros estados del País y de algunas ciudades del extranjero, quienes atraídas por su fama de buen curandero, llegaban con la firme esperanza de encontrar alivio a sus males.
En los pasillos de este complejo sitio de construcciones se aprecian ilustraciones que anuncian los productos y pócimas que se preparan en un laboratorio especialmente construido al efecto dentro de la misma propiedad, predominando los brebajes preparados para curar las distintas enfermedades que en este centro se siguen tratando aún después de su muerte, aún cuando algunos mal intencionados aseguren que Beto Ramón daba a todos sus pacientes el mismo remedio. Lo cierto es que con estas misteriosas bebidas de las cuales solo el conocía las fórmulas de preparación, logró curar los males de muchas personas que llenas de fe, acudieron a consultarlo hasta el día en que abandonó este mundo físico.

Beto Ramón fue nativo puro de la etnia náhuatl. Nació en la comunidad de Ahuacatitla en el año de 1936, cuando entonces no había caminos pavimentados ni el moderno y espectacular puente que ahora se yergue sobre el río que separa a su comunidad de la cabecera municipal Axtla de Terrazas, y que por cierto lleva su nombre. La experiencia de visitar la propiedad en que fincó sus actividades, donde además de su casa particular se encuentra el que fue su consultorio personal, una iglesia de tres torres con tres campanarios, la farmacia que abastece los medicamentos a sus pacientes, una tienda y hasta un restaurante en peculiares edificios cuyas formas a decir de sus descendientes salieron de su imaginación, hacen que bien valga la pena el recorrido para llegar hasta ese lugar. Todo ello constituye el reflejo de su empuje y sus conocimientos herbolarios, heredados a sus hijos y a los miembros de su comunidad que hasta el día de hoy viven bajo su cálido recuerdo, como el más fiel testimonio de su paso por este mundo.

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